Lumiterra es uno de los pocos juegos Web3 que se atreven a construir un mundo vivo antes de pensar en la especulación. Lejos de los típicos “click-to-earn” o farming pasivo, aquí hay un MMO con ambición: combate, agricultura, recolección, crafting, captura de criaturas y cooperación entre jugadores. Todo integrado en un ecosistema Web3, pero sin imponerlo como barrera.
Tras probarlo en fase beta, estas son las impresiones que deja.
Lo primero que destaca al entrar es que no hay una única forma de jugar. Puedes dedicarte a sembrar, domesticar criaturas, recolectar materiales o lanzarte directamente al combate. Pero no todo está disponible desde el inicio. Hay una progresión clara, y eso lo vuelve más interesante: toca explorar, aprender y decidir cómo especializarte.
El combate es en tiempo real, con mecánicas simples pero efectivas. Puedes usar diferentes armas y habilidades, y hasta llevar criaturas que tú mismo capturaste como apoyo. No es un sistema profundo como un MOBA, pero da suficiente margen para tomar decisiones tácticas.
Por otro lado, la agricultura y la cría no son minijuegos decorativos. Exigen atención real: los cultivos se marchitan si no los cuidas, y los animales pueden morir. Esto obliga a organizar el tiempo y priorizar tareas, algo que se agradece si te gustan los juegos de gestión.
Lumiterra no te da todo desde el principio, y eso es bueno. Tienes que ir desbloqueando recetas, recolectando materiales raros, mejorando tus habilidades y, si quieres ir más allá, coordinarte con otros jugadores. No es un juego de recompensas instantáneas. Es una experiencia donde lo que consigues tiene peso porque costó tiempo y planificación.
El sistema de talentos también empuja en esa dirección: puedes enfocarte en combate, recolección o agricultura, lo que vuelve casi obligatoria la cooperación si quieres avanzar más rápido. Esto crea una sensación real de comunidad.
Pero si se juega en solitario y solo se quiere obtener algo de ganancia, justamente aquí también esta la oportunidad. Puedes enfocarte en una sola labor, comprar y vender a otros jugadores para ir generando profit a medida que avanzas.
Los tokens ($LUA, $LUAUSD, $LUAG) y los NFTs existen, pero no son el centro de la experiencia. Puedes jugar sin invertir ni un centavo y aún así tener contenido para explorar. Eso sí, si decides entrar en la parte económica, hay bastante por hacer: desde comerciar tierras o monstruos, hasta participar en gobernanza a través del token $LUAG.
Lo positivo es que la economía no se siente forzada. Está integrada, pero no obliga. Y al estar sobre Ronin, las transacciones son rápidas y baratas, lo que reduce fricción.
Durante las betas, el número de jugadores ha sido alto, con más de 180 000 wallets activas al día. Hay eventos, competencias y gremios organizados. Si te interesa el aspecto social, sí vas a encontrar comunidad, aunque como es típico en juegos Web3, el interés puede fluctuar con el tiempo y la actividad on-chain.
Visualmente, el estilo pixel art funciona bien. No busca ser realista, pero su diseño es coherente. Algunos menús aún necesitan pulirse, y la interfaz puede ser confusa al principio, pero no rompe la experiencia.
Depende de lo que busques:
No es perfecto. Hay bugs, partes sin pulir y una curva de aprendizaje que puede ser brusca si llegas desde juegos Web2. Pero la base jugable está bien pensada. Y eso, en Web3, ya es mucho decir.
Lumiterra no reinventa el género, pero lo adapta con coherencia al entorno Web3. Tiene contenido para explorar, una economía funcional y un enfoque en la colaboración que lo vuelve interesante. Si estás buscando un juego que no dependa del hype de los tokens y ofrezca una experiencia jugable real, probablemente quieras darle una oportunidad.
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